Estoy en una etapa de novelas negras. Tal vez en dos meses solo me entusiasme Nicholas Sparks y Nora Roberts, pero de momento necesito una buena intriga policial, con buenos agentes federales, asesinato y sangre. El diario El País, que nos sigue dando material de lectura, hace unos años sacó una colección de novelas policiales y atraída por el género, me limité a agarrar una al azar.
A sangre fría es una novela escrita por Truman Capote y publicada en 1966. A propósito, sigo trabajando en reseñar novelas publicadas recientemente. De momento, sigo atascada en novelas del siglo pasado. El punto de esta novela, es que no es una novela de ficción y eso me atrapó de inmediato. Las novelas de no ficción, tal como se las conoce, parecen ser una creación del propio Capote. Al principio, debo reconocer, no comprendía de todo el género porque no entendía cómo se podía escribir una novela sin que fuese ficción, pero terminé entendiéndola como un gran, gran artículo periodístico.
Empecemos por el principio. Truman Capote era un periodista estadounidense al que le llamó mucho la atención el asesinato de una familia ocurrido en 1959 en un pequeño pueblo de Kansas. El escritor se trasladó hacia el lugar de los asesinatos, comenzó a investigar al respecto y en un primer momento su idea era llegar hasta donde llegara la investigación policial, pero pocos años después, descubrieron a los asesinos y Capote tuvo la oportunidad de entrevistarse con ellos o, por lo pronto, conocer de primera mano qué había sucedido.
El quince de noviembre de 1959 los cuatro integrantes de la familia Clutter, pilar de la comunidad de Holcomb, fueron brutalmente asesinados. Los Cluttler representan el típico sueño americano de la zona oeste de Estados Unidos: unos agricultores prósperos, con buenas relaciones con todo el pueblo y fieles personas de fe. Por lo que el asesinato sacude con fuerza a todo el pueblo: los vecinos comienzan a desconfiar entre sí entendiendo que sólo alguno de ellos podría haberlos matado.
Para los policías que investigaron el crimen, nada tenía sentido porque no parecía haber un motivo. Los Cluttler no le habían hecho nada a nadie, no tenían enemigos y si bien eran personas acomodadas, era de público conocimiento que la cabeza de familia (no recuerdo ahora el nombre del señor) siempre firmaba cheques porque no le gustaba estar con dinero encima. El robo, por tanto, se descartó de inmediato y todo el asunto le trajo más de un dolor de cabeza a los hombres que investigaban, porque no lograban entender la brutalidad de un asesinato que parecía completamente al azar.
Cinco años después, ya les adelanto, Dick Hickock y Perry Smith fueron ejecutados por los crímenes.
Ahora, esta novela que no es novela presenta varias curiosidades. Para empezar, sabemos desde el principio quiénes son los asesinos, así que en este sentido no es estrictamente una novela negra porque el desarrollo de la trama no nos dirige hacia los culpables, sino que los conocemos desde el primer momento.
Si bien el primer capítulo está dedicado a las víctimas, mostrando con gran respeto un completo retrato de la familia Clutter y su último día de vida, lo que hace al lector simpatizar de inmediato con ellos, rápidamente el punto de interés vira hacia Hickock y Smith. La forma en la que se describe a los dos asesinos es, en mi opinión, lo mejor de la novela. Capote se centra en sus personalidades, en los motivos que los llevaron a cometer el crimen; busca, en definitiva, comprender la psicología de cada uno de ellos, lo que termina dando a conocer a dos personas, porque no son personajes, muy complejas. Esa complejidad los aleja del típico malo de las novelas negras y es lo que me gustó de este libro, además de que, la vida de cada uno de ellos, hace que en determinado punto comiences a sentir compasión, porque el autor es suficientemente bueno como para retratar su lado más humano que involucra sus peleas, sus inquietudes y sus miedos.
La forma en la que describe a los asesinos pone de manifiesto una dura crítica social. Sí, es verdad que mataron a la familia, ¿pero por qué lo hicieron? Es consecuencia directa, al menos lo que se desprende de la novela, de la marginación social. A esos dos hombres se les negó la vida de los Cluttler, se les negó «el sueño americano», se les negaron las oportunidades y vivieron todas sus vidas manejando esa frustración. Sí, sin lugar a dudas el fracaso en cualquier ámbito de la vida no es justificativo para cometer un crimen y no estoy tratando de defender a los asesinos respaldándome en que tuvieron una vida dura, pero sin lugar a duda el caso de estos dos hombres pone en el tapete una cara oculta de la prosperidad norteamericana que, por ejemplo, no vamos a visualizar en las publicidades de los años 50, donde todo parece color de rosa.
A pesar de que el autor se implicó de cierta forma en cada uno de los sucesos narrados, optó por escribir el libro en tercer persona, lo que dota de objetividad al relato, distanciándose del tono sensacionalista con el que fue tratado el crimen en otros medios. Pero también, y esto es importante decirlo, le da a todo el libro un aire de ficción. A medida que uno va leyendo, si bien se involucra con los personajes (personas, en realidad) pierde un poco la sensación de realidad. Es decir, todo el tiempo tuve la sensación de que estaba leyendo una auténtica novela de ficción, sobre todo por la impecable construcción de la personalidad de los asesinos. Perdí un poco de vista el hecho de que esas cuatro personas fueron asesinadas realmente y que los dos asesinos fueron ejecutados. No sé si esa fue la sensación que le quedó a todo el mundo, pero en lo personal creo que sucedió por la forma en la que está escrita el libro.
En cuanto a la narración es ligera, pero a veces el ritmo se hace un poco lento. En ningún momento el lector pierde el interés, porque de a poco desenreda el crimen, los motivos y la mente de los asesinos. El autor genera intriga en cada página y alimenta la necesidad de seguir leyendo, sobre todo por la minuciosidad con la que describe las escenas, las peleas, los comportamientos…. queremos conocer cada uno de los detalles y seguimos leyendo, completamente enganchados. Punto a Truman por eso.
Aquellos que están intrigados respecto al libro o a la vida del propio Capote, les comento que las dos cosas fueron llevadas al cine. La vida del escritor se convirtió en una película en el 2005 y fue interpretada por Philip Seymour Hoffman en una actuación que le valió el premio Óscar al mejor actor principal. La novela tiene una película homónima estrenada 1967 y dirigida por Richard Brooks. De momento, no he podido ver ninguna de las dos películas, pero les aseguro que me tienen bastante intrigada. Tal vez cuando las vea, haré una reseña comentando las diferencias entre el libro y la película, que todos sabemos que siempre existen.
Por la intriga que genera, por la calidad de la narración, la forma extraordinaria en la que el escritor se mete en la cabeza de los asesinos y por la crítica social que encierra, le doy a esta novela cuatro estrellas de cinco.