Esta es LA reseña, porque este es EL libro. Normalmente escribo la reseña ni bien termino de leer, procurando plasmar todas las sensaciones que el libro me generó y que todavía conservo frescas. Sin embargo, necesité de una semana para escribir estas líneas, necesité que mi opinión decantara como para traerles algo decente. De lo contrario, de haber escrito la reseña al terminar de leer, tendrían algo así como: OH POR DIOS, ESTE LIBRO ES GENIAL, OH POR DIOS, NO, NO, NO, NO, PERO ES QUE ES GENIAL, y estoy segura que nadie quiere leer eso.
Así que acá vengo, después de una semana de meditación, a contarles mi opinión acerca del libro La verdad sobre el caso Harry Quebert de Jöel Dicker. Publicado en su idioma original en el 2012, compré este libro porque la librera me lo recomendó. En realidad, si soy sincera con ustedes, había escuchado su nombre en algunas reseñas, pero muy de costado, sin prestarle demasiada atención. Fue la recomendación de la librera lo que me decidió a comprarlo. Te va a tener enganchada hasta la última página, me dijo, y no se equivocaba en absoluto. A falta de un adjetivo mejor, debo confesar que este libro me explotó la mente.
Marcus Goldman es un joven escritor con éxito. Sin embargo, tras escribir el libro que lo catapultó a la fama, no ha podido escribir más, sufre de un típico bloqueo escritor. Después de un año y medio intentando escribir y mirando la página en blanco sin grandes modificaciones, Marcus decide llamar a su mentor, a su maestro: Harry Quebert. Este señor fue su profesor en la Universidad y, además, es un reputado escritor, creador del libro del siglo: Los orígenes del mal. Marcus visita a Harry en Aurora, la ciudad en la que él vive, y es allí donde descubre que su mentor tuvo una relación secreta hace treinta años con Nola Kellergan, una jovencita de quince años, que desapareció el 30 de agosto de 1975 y a quien poco después descubren enterrada en el patio de Harry.
Naturalmente, como la muchacha estaba enterrada en su jardín, Harry Quebert se convierte en el principal sospechoso. Marcus, incapaz de creer que su mentor haya asesinado a Nola, comienza a investigar al respecto, buscando demostrar su inocencia y, también, apurado por su editor que no ha visto un manuscrito en año y medio, decide escribir un libro al respecto. Y aquí es cuando Jöel Dicker hace algo genial: el libro que estamos leyendo es, en realidad, el libro que escribió Marcus. Ese detalle me pareció una maravilla y mientras lo leía, pensaba todo el tiempo cómo es que iba a explicarlo en la reseña, porque me había parecido entre peculiar, innovador y realmente maravilloso.
La novela está narrada en tres líneas temporales y a pesar de que puede resultar un poco entreverado, las diferencias son claramente marcadas con fechas, lo que permite seguir la narración sin grandes problemas. La primera línea temporal se ubica en 1975 y es allí que descubrimos qué pasó entre Harry y Nola, su desaparición y su posterior muerte. La siguiente línea temporal se ubica en 1998 y tiene como protagonistas a Marcus y a Harry, mostrándonos la relación entre los dos, que empezó en un principio como docente-estudiante y que evolucionó a una amistad. La última línea temporal transcurre en el 2008 y abarca la investigación de Marcus, desde sus relaciones con las personas de Aurora que va interrogando, llamadas muy graciosas de su madre y muy tensas con su editor, como también conversaciones con Harry en la cárcel.
El libro tiene, además, un detalle que me pareció muy original: al principio de cada capítulo Harry le da a Marcus un consejo sobre escritura y además, los capítulos son en orden decreciente, cosa que nunca había visto en mis años lectores. Esos consejos no solo dan cuenta de la relación de los protagonistas, sino que, además, dan una pequeña pista sobre cómo va a estar enfocado el capítulo. Una de las cosas que más me fascinó de este libro es el ambiente de escritura que encierra sus páginas, que no solo pasa por el bloquep de Marcus o los consejos de Harry, sino por el proceso que pasa Marcus para escribir La verdad sobre el caso Harry Quebert.
No quiero contarles nada de la trama, solo debo decirles QUE ES ESPECTACULAR. El thriller de este libro es maravilloso y Jöel Dicker tiene el don para mantener al lector expectante y enganchado con lo que está sucediendo, pero a la vez tiene también un don para engañar: justo cuando uno piensa que el asesino es tal o cual, un giro de los acontecimiento ubica a otros sospechoso que hasta hace minuto y media parecía ser alguien inocente. Tiene unos giros argumentales que no vi venir y les juro, me dejaban con la boca abierta.
A pesar de que la trama y las sorpresas que encierra son, sin ánimo de repetirme, magistrales, creo que la fortaleza de este libro está en los personajes. Para empezar, todos son muy reales, lo que implica que todos tienen virtudes y defectos y eso, como ustedes saben, me gusta mucho. Cada uno de ellos está bien construido y eso le vale al Sr. Dicker un punto, porque no sé ustedes, pero he leído libros en los que los personajes secundarios no reflejan ningún amor por parte del escritor. Este no es el caso, sobre todo porque todos tienen, a su vez, una evolución clara a lo largo de la novela y, además, todos esconden algo, todos tuvieron que ver, de cierta forma, con el asesinato de Nola.
Sin embargo, creo que lo mejor de estos personajes es que esconden secretos e, inicialmente, muestran una cara que no es la auténtica, incluida Nola, Harry, el resto de los habitantes de Aurora y, también Marcus. A lo largo de la trama los secretos van saliendo a la luz y con ellos, vamos conociendo cuál es la realidad de cada personaje y eso me resultó magnífico porque la verdad hizo que algunos personajes que me caían bien, inmediatamente me cayeran mal o viceversa.
El estilo del Sr. Dicker es increíble. Lo que más me enganchó de la novela, además de la trama que es proverbial, es la manera en la que está contada, con una pluma fresca y ligera, pero atrapante. Así como te pone un poco la piel de gallina, te hace reír con la misma facilidad. En ese sentido, es un libro versátil, no van a encontrar puro misterio y sangre, sino que tiene también sus momentos sarcásticos y su alivio cómico.
Sin embargo, debo admitir un pequeño fallo. A pesar de que el libro realmente me fascinó, a pesar de que me explotó la mente al leer, lo cierto es que no me creí al cien por cien la relación entre Nola y Harry. Para empezar, hay una cuota de insta-love que no me cayó del todo bien, y luego la forma en la que se desenvuelve… bueno, no me lo creo. Es demasiado idealizado, demasiado puro y, lo siento, pero no lo creo. A pesar de que el editor se lo mencionaba a Marcus buscando vender más ejemplares, concuerdo con él: creo que le faltó un poco de morbo. Una relación entre un hombre de treinta y cinco años y una adolescente de quince debió tener más que tomarse de la mano al caminar o mirar la lluvia desde la terraza. A ver, quiero ser clara con esto: no estoy diciendo que le faltó sexo, que si es verdad que le faltó, sino que le faltó realidad en ese aspecto.
Pero en serio, es un libro que no he podido soltar. Las últimas doscientas cincuenta páginas me explotaron la mente. Es de esos libros que uno termina de leer, tal y como Harry le menciona a Marcus, pero que, en el fondo, se arrepiente de haberlo terminado porque va a echar de menos los personajes y la duda sobre qué sucedería. Me parece una frase bellísima, como muchas de las que hay en este libro. De verdad, las frases que tienen que ver con la escritura son maravillosas.
Yo sé que hubo mucho fangirleo en esta reseña, pero juro que no se van a arrepentir de leerlo. Corran y lean este libro. Cómprenlo, descárguenlo, pídanlo en la biblioteca, pero léanlo. Les juro que no se arrepentirán. Sin lugar a dudas, es EL libro del año para mí y tendré a la librera en mi lista de personas favoritas por un par de días por tremenda recomendación. No me tiembla el pulso para afirmar que este libro es brillante y que por eso, le doy doscientas estrellas de doscientas.
Generalmente soy buena adivinando finales, y casi todo el libro pensé que era una persona (o su mamá), pero en las últimas páginas fue de «Dios mío, ¿Qué?».
Aunque en su momento pensé que era muy sacado de la manga, después de algunas semanas de pensarlo, pues tiene algo de sentido. Y pensé lo mismo de Nola y Harry, muy puro para ser cierto.
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El desenlace final me dejó boquiabierta. No lo vi venir para nada y si bien me pasó algo similar a ti, porque parece poco probable, no podemos negar que tiene sentido. Una novela espectacular.
Gracias por comentar!
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Ya te lo voy a pedir. Tiene pinta de ser muy genial!
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ES genial. Brillante, incluso.
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Es verdad que falto realidad en la relacion entre Harry y Nola pero como esta contado muy desde el punto de vista de Harry no me sorprende, no me creo esa historia de amor, desde que leí Lolita me es inevitable desconfiar.
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