¿Acaso pensaban que se iban a salvar? Mi campaña de divulgación no tiene límites. Desde que me uní a la Comunidad BBB les recomendé con mucha vehemencia que leyeran La verdad sobre el caso Harry Quebert, pero tristemente nadie me hizo caso hasta que, hace poco, la fiebre Dicker comenzó. Uno compró el libro, luego otro y de pronto la mayoría estaba leyendo y yo, por supuesto, me regodeaba en esas lecturas ajenas.