Byung-Chul Han – La sociedad del cansancio

No me pregunten por qué, pero lo cierto es que a Marthis y a mí se nos dio por leer filosofía este mes y aunque el libro se me hizo interesante, no creo que vuelva a leer algo como esto en mucho tiempo, simplemente porque me resultó denso. La elección del autor corrió por mi cuenta puesto que lo había leído en Filosofía de la Educación y en su momento, con un docente como guía, lo había disfrutado, pero como lectura personal y recreativa no tanto. Si quieren leer la reseña de Marthis, pueden hacerlo aquí.

La sociedad del cansancio es una obra de Byung-Chul Han, nacido en Corea del Sur y nacionalizado alemán. Con 26 años decidió trasladarse a Alemania a estudiar Letras y, por vueltas de la vida, terminó estudiando Filosofía. Actualmente es docente en Berlín y escritor, sobre todo, de ensayos críticos sobre la sociedad actual, lo que lo convirtió en uno de los filósofos contemporáneos más importantes.

Apenas de ochenta páginas y publicado en el 2010, este ensayo filosófico aborda el cansancio de la sociedad occidental. Byung-Chul Han comienza su planteo mencionando que el sistema de pensamiento occidental solía ser en clave inmunológica, es decir una lucha entre unos y otros, desde bacterias, virus o ese otro externo que no es uno. En este viejo modelo, había que lucha contra el otro, el patrón, que disciplinaba y explotaba. Como pueden imaginar la forma que trabaja la otredad es bien interesante. Ese era el modo de pensar de la sociedad disciplinada, asociada de forma inmediata con la Revolución Industrial y la modernidad sólida, a decir de Bauman.

Sin embargo, esa sociedad que se encargaba de vigilar y castigar según Foucault, es sustituida por una sociedad del rendimiento, que tiene que ver más con la globalización, el neoliberalismo y la modernidad líquida de Bauman. En ese nuevo mundo, ya no es el otro quien nos exige, ni nos oprime, por lo que la lógica inmunológica ya no corre más y eso sucede porque el sistema ha sido tan naturalizado e interiorizado que cada individuo es su propio verdugo, explotador, víctima y victimario. El sujeto posmoderno se autoexplota, se autoexige y ese exigencia, buscando el éxito, el prestigio y el reconocimiento, se extralimita y lleva al cansancio, el agotamiento y la frustración. Es un poco difícil no estar de acuerdo con esto, sobre todo en ambientes competitivos, aunque para mí es indudable que hay otro, un sistema, que sigue explotando.

Ese cansancio y a menudo esa frustración están dadas por un exceso de «positividad». «Yes, we can» es lo que no dejamos de escuchar. Podés hacer lo que quieras mientras te esfuerces por conseguirlo. En la sociedad disciplinaria, por el contrario, había un exceso de negatividad y la vigilancia y los castigos provocaban locos y criminales, teniendo como modelo clave el panóptico de Foucault en cárceles y manicomios. Sin embargo, el exceso de «Yes, we can» de la sociedad del rendimiento, según Han, no produce más que fracasados y depresivos. Me cuesta un poco más sintonizar con esta premisa. Con mucha simpleza, el autor afirma que las enfermedades mentales son la gran enfermedad del siglo XXI y aunque coincido con él, no estoy de acuerdo con que sean provocadas por el autoexigimiento. Tal vez la frustración y el estrés sí, pero las enfermedades mentales, fundamentalmente la depresión, no.

Lo siento, Sr. Han, pero no puedo estar de acuerdo con que la persona depresiva es quien se explota a sí misma. Estoy cien por cien de acuerdo que la responsabilidad y la vigilancia se trasladó al interior de cada individuo, pero que eso genere depresión… simplemente no. Y no sé cómo fue para otras personas que lo leyeron, pero para mí deja una puerta abierta a la intencionalidad que no me gustó para nada, como si las personas depresivas lo estuvieran buscando. Ojalá pudiera explicarme mejor, pero simplemente no coincido con eso.

Me cuesta mucho no mencionar que este libro, interesante y que invita a la reflexión, está atravesado por cuestiones de clase. Parece claro que esa autoexigencia e incluso la depresión que según él genera, se ubica en los países desarrollados y sectores de clase media y alta de las sociedades. En esa lógica, no solo deja por fuera a los sectores pobres, deshumanizados y por completo marginados sino que, en mi opinión, son el otro para esa sociedad de rendimiento. La idea que la otredad no existe, Sr. Han, no se la puedo tolerar porque es innegable que sí lo hace, el otro es el pobre, el musulmán, el terrorista, el gordito norcoreano, las personas trans. La otredad vive y lucha y creo que, en cierta forma, es inevitable que se ponga en juego.

Dejando atrás lo conceptual y volcándonos al estilo en sí, aunque es un libro corto, no tiene más de ochenta páginas, se me hizo muy pesados y eso fue porque si bien el estilo es lo suficientemente fluido, la forma de plantear su teoría se me hizo densa. Para armar sus afirmaciones, el Sr. Han se dedica, en primer lugar, a repasar la teoría de otro teórico o filósofo al que criticará y eso me entreveró un montón. Aunque entiendo que así se desarrolla la filosofía, siempre retrucando las hipótesis ajenas, no pude evitar que se me hiciera denso, más allá de un estilo sencillo.

Aunque no sé qué se nos pasaba por la cabeza al elegir un libro de filosofía como lectura recreativa, tengo claro que no lo volvería a hacer. Sentí que me faltaban otras lecturas para entender a cabalidad su argumento y que, además, necesitaba la guía de un docente que me ayudara a atravesar la lectura. Por momentos me sentí perdida y tal vez tuvo que ver con que es la primera lectura filosófica que hago por mi cuenta, pero lo cierto es que no estoy segura que lo vuelta a hacer voluntariamente.

Aun así, aunque me resultó pesado, denso por momentos y no estoy de acuerdo con algunas de las cosas que plantea, es un libro muy interesante que, sobre todo, funciona como disparador para que uno piense en sí mismo y en el mundo que lo rodea y se haga consciente de qué tan explotadores de nosotros mismos somos. En definitiva, libro recomendado para aquellos que quieran ponerle un poco de cabeza al mundo que vivimos y desencantarse de la lluvia de papelitos a la que solemos estar acostumbrados. Dos estrellas de cinco para mí.

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6 comentarios sobre “Byung-Chul Han – La sociedad del cansancio

  1. Ups. Este libro me había parecido re interesante cuando dijeron que lo iban a leer, pero ahora viendo tu reseña no sé. Me da miedo empezarlo y que me resulte muy denso. Quizás lo deje para mezclarlo con alguna otra lectura, más viendo que es relativamente corto. Muchas gracias por la recomendación,

    Besotes ♥

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    1. Animate, Pau, que aunque es un poco pesadito, hace pensar pila e invita a la reflexión. Probá. Si te resulta jodido, mezclalo con otra lectura más liviana como decis.
      Después contame qué te parece.
      ¡Abrazo!

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  2. Te aplaudo. Sin leer el libro del autor, me encanta la forma en que aceptás algunas cosas y rebatís otras. Tipo TE CREO, COMPRO. No sé si estoy para una lectura así, así que por lo pronto me quedo con tu reseña porque el tema es interesantísimo y me gusta cómo lo contás.

    Un besote ♥

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