Alice Walker – El color púrpura

Hacía tiempo que quería leer este libro, más o menos desde que terminé La flor púrpura de Chimamanda Ngozi Adichie, y aunque llegué a él buscando algo parecido a lo que encontré en el libro de Chimamanda, lo cierto es que no solo no lo encontré sino que también me sorprendió mucho.

En esta reseña convergen dos iniciativas preciosas: Voces de mujeres y el Desafío Lector BBB. Pueden leer de qué se trata cada una de ellas aquí. En cuanto a Voces de Mujeres, el libro de Alice Walker entra en la categoría de «Autora negra» y en el Desafío Lector entra en la categoría «Libro censurado» puesto que, a pesar de que la obra ganó un Premio Pulitzer en 1983, la Asociación Estadounidense de Bibliotecas censuró la obra por su contenido explícito de sexo, violencia y homosexualidad.

Además, debo señalar que como éramos varias de la Comunidad BBB queriendo leer este libro con Ratón de Biblioteca y Potter Books and Coffee ideamos una lectura conjunta para ir leyendo juntas, probablemente porque intuíamos que dolería y queríamos compartir el dolor de la lectura con alguien más. Si quieren saber cuáles son las Lecturas Conjuntas de la Comunidad, dado que siempre se nos están ocurriendo conforme nos llegan algunos libros, no olviden pasarse por el Twitter de la Comunidad.

Pero volvamos al libro. El color púrpura es una novela epistolar publicada en 1982 y lo cierto es que es la primera novela epistolar que leo. El libro nos cuenta la vida de Celie, a través de las cartas que ella misma le escribe a Dios, y de su hermana Nettie. Situada en Estados Unidos entre 1909 y 1937, Celie lleva una vida difícil y, ya adelanto dificil de leer. Ser una mujer negra, lo que automáticamente suponía una segregación de tipo racial a principios del siglo pasado y, además, ser una mujer pobre, la obligaban a someterse al varón proveedor y, por descontado, violento machista. De modo que Celie es explotada de tres modos: por ser mujer, por ser negra y por ser pobre. Imposible no recordar a bell hooks y Roxane Gay.

Celie es la mayor de una familia numerosa y tras la muerte de su madre, cuando ella tenía catorce años, la responsabilidad del cuidado del hogar recayó en sus hombros. Sin embargo, lo peor de esa situación no es leer cómo una adolescente se hace con semejante responsabilidad, sino cómo tiene que lidiar con su propio padre. De hecho, así es como empieza su correspondencia unilateral con Dios, contándole cómo es que su propio padre la viola de forma reiterada e, incluso, termina dos veces embarazada, lo cual es terrible y muy doloroso de leer. Con su primer embarazo, Celie deja de ir a la escuela, lugar al que le gustaba mucho ir y aunque su maestra se apersona en su hogar, curiosa por su ausencia, en cuanto ve su vientre abultado abandona la misión y termina volviéndose, lo cual lo hace incluso más terrible. Lo cierto es que por el embrazado Celie pierde la oportunidad de educarse.

El mundo de Celie, ya sacudido por las violaciones, los embarazos y la ausencia de sus propios hijos, que su padre se encargó de abandonar en la calle, da un vuelco puesto que su padre comienza a mirar con demasiado cariño a su hermana pequeña, Nettie, una adolescente muy bella y muy inteligente. Sabiendo qué es compartir habitación con su padre, Celie está dispuesta a que no le suceda lo mismo a su hermanita. Ese sacrificio y ese amor fraternal fueron una cachetada constante en cada palabra. Sin embargo, el mundo se vuelve a sacudir cuando aparece un pretendiente buscando a Nettie. El padre, poco dispuesto a abandonar a su hija más bella, termina regalándole a Celie, a cambio de una vaca, pero el matrimonio le da a Celie una excusa para huir de su casa y se termina llevando consigo a su hermana pequeña.


«Yo no lucho, yo me quedo donde me mandan. Pero sigo viva.»


Mr. —, el marido de Celie, es un hombre horrible. La desprecia constantemente, incluso la golpea, la pone a cargo de sus hijos, de la casa, del trabajo forzado en el campo y, por supuesto, también oficia de muñeca inflable. Por descontado, podemos asegurar que Celie no ha conocido el placer con un hombre. El modo en que Celie se siente al lado de ese hombre es espantoso y el dolor de la convivencia, la resignación y la infelicidad se transmiten en cada una de sus palabras y duele, duele todo el tiempo.

Si creían que la historia de Celie ya era difícil, todo se complica aún más: Nettie vuelve a su casa, porque Mr. — ya no quiere que viva en su casa, y desaparece. Celie deja de recibir noticias de su hermana. La partida de su hermana la destroza por completo, Celie vive sin vivir y, sin embargo, tiene la voluntad de lidiar con la amante de su esposo. Shug Avery es una mujer espectacular, una cantante famosa que enamora con su voz y su figura y, su marido la lleva a su casa, profundamente enferma, para que Celie se haga cargo de sus cuidados. A pesar que al principio la relación entre las dos mujeres es tirante, descortés y casi en condiciones de servidumbre, de a poco va variando hacia un descubrimiento. Gracias a Shug, Celie se descubre libre, independiente, con voz propia y sexuada.

Es una historia dolorosa y desde ya les advierto que deben tener voluntad de hierro para leerla, porque realmente es desgarradora, sobre todo la primera parte. Sin ir más lejos, debo confesar que la dejé reposar un par de días, más o menos cuando había llegado a la mitad, porque no me creía capaz de seguir leyéndola con el estado de ánimo que manejaba.

El dolor está en las palabras, sí, pero sobre todo está en lo que esas palabras significan. El racismo, el machismo y la misoginia están a la orden en este libro y es inevitable sufrirlo con las protagonistas de esta historia. Pero incluso más allá, es duro leer lo que ese machismo y esa misoginia le producen a Celie. Se siente fea, inútil, cobarde, completamente inferior respecto a los hombres y si tiene esa percepción de sí misma es porque no dejan de recordarle que así es ella, fea, inútil, cobarde e inferior al hombre de la casa. El modo en que el machismo mina su autoestima, su percepción de sí misma y del mundo es realmente brutal.


“- ¿Le has pegado alguna vez?
– No, señor.
– ¡Y cómo quiere que te haga caso! Las mujeres son como los críos, tienen que saber quien manda en la casa, y para eso no hay nada mejor que una paliza».


Aunque, por descontado, Celie y Nettie son las mujeres principales, también tienen una importancia brutal para la trama Shug, como podrán imaginar, pero también Sophia, la esposa de uno de los hijos de Mr. — , que en lo personal me gustó mucho porque no teme hacer las cosas a su manera, sin importar quién esté del otro lado escandalizado por sus modos o por su fuerza. Todas, más tarde o más temprano, cuestionan el mundo en el que viven y, más tarde o más temprano, terminan apoderándose sus propias vidas y hacer con ellas lo que realmente quieren. El empoderamiento final es maravilloso.

Hubo dos cosas que me llamaron la atención y me parecieron muy acertadas. En primer lugar: Mr. — . Se me hizo muy curioso que no dijeran nunca su apellido, de hecho al principio pensé que había sido un error de edición, pero luego entendí que no importaba. No importa cómo se apellida, porque da igual, se podría apellidar de una forma u de otra y no cambiaría lo machista y misógino que es. Además, que la autora tomara la decisión de no apellidarlo nos hace saber que ese hombre podría haber sido cualquiera de los hombres que vivía en Estados Unidos en esa época y eso, cuanto menos, enoja.

En segundo lugar, el modo en que se describe el imperialismo europeo perpetrado en África es realmente MARAVILLOSO. Como entenderán, no uso ese adjetivo porque me haya gustado el imperialismo en sí, sino porque Alice Walker lo describe de forma fenomenal, precisa, acertada y, sobre todo, muy real. De hecho, tan real que pienso utilizarlo en mis clases de Historia. El modo en que los pueblos nativos son desplazados por los blancos, el modo en que las carreteras invaden selva natural, el modo en que los blancos terminan cobrando por los servicios de una tierra que siempre había sido de los africanos me pareció duro de leer, sí, pero espectacular en su planteo.


«Soy negra, soy pobre, pero estoy aquí».


Si tengo que ponerle una pega, solo por el placer de buscarle algo negativo a este libro, que no lo tiene, diría que, como es una novela epistolar, los diálogos entre los personajes no tienen raya de apertura de diálogo y a veces, sobre todo al principio, me resultaba un poco molesto y perdía ligeramente el hilo de la conversación. Pero, como ven, es más una queja quisquillosa que un escollo a la hora de leer.

La prosa de Alice Walker es filosa en tanto se clava en uno y hace daño. Mucho daño, si me permiten añadir. Con un estilo ágil y muy poético en ocasiones y un ritmo bien llevado, este libro es maravilloso. Funcionando como crítica social, como grito de revolución y como llamada de atención ante una situación que existía a principios del siglo XX, pero que se perpetuaba hasta la década del 80, cuando la autora lo escribe, este libro es de lectura obligatoria. No hay nada fortuito ni dejado al azar, Alice Walker sabe qué quiere decir y lo dice y esa honestidad, esa lectura de situación es tan honesta que transforman a este libro en un libro necesario de leer.

Sin embargo, ojo con esto, no exagero cuando digo que es doloroso y profundamente emotivo, de hecho terminé llorando en sala de profesores al terminarlo, así que si no se sienten preparados para leerlo, déjenlo madurar y enfréntenlo cuando creen que pueden hacerse cargo. Como les digo, un libro necesario, obligatorio para dar luz al modo en que las mujeres son triplemente explotadas: por género, por raza y por clase. Cuatro estrellas de cinco para mí.

 

7 comentarios sobre “Alice Walker – El color púrpura

  1. Con este libro me pasa algo similar que con El Cuento de la Criada, y como decís vos al final, son libros muy recomendados, y necesarios, pero no creo encontrarme en el momento adecuado para leerlos.

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    1. Si no es el momento, no es el momento. Empecé El cuento de la criada y aunque parezca extraño, no me logró enganchar, tal vez no era tiempo de leerlo, pero lo cierto es que lo abandoné al poco de empezar, así que si querés que lo leamos juntas en algún momento, pegá el grito.
      ¡Saludos!

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  2. Hola, bonita. Me pasa con tu reseña lo que me ha pasado con todas las que vengo leyendo: sé que debería leerlo y sé que me va a remover mucho, pero por ese último motivo sé que ahora no es el momento. Eso sí, eventualmente caerá. Un besote y gracias por tu reseña ♥

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  3. Hola! es increíble lo que me pasa con este libro porque la adaptación la vi varias veces, en el horario de la siesta. Sabía del sufrimiento de Celie pero su historia no me parecía más increíble que la de María la del barrio hasta que leí a bell hooks, a Roxane Gay (como nombrás en tu entrada) y a Djamila Ribeiro. Recién en ese momento me di cuenta del lugar de la mujer en la pobreza y en la «negritud» y eso no solo me explotó la cabeza, sino que me rompió el corazón.
    Es un mimo al cuore leer tus entradas, principalmente porque las leo con tu voz en mi cabeza. Abrazo grande, espero verte pronto.

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