María Dueñas – Misión olvido

María Dueñas fue un descubrimiento magnífico de los últimos días de diciembre del año pasado y, ya casi por terminar el año, se metió con soltura entre mis mejores lecturas. El tiempo entre costuras fue maravilloso y desde entonces el nombre de la autora me rondaba porque sabía que, con ese libro tan único, a las claras estaba que no podía ser una excepción y esa mujer escribe gloria.

Misión olvido es la segunda novela de la autora y  ya puedo adelantarles que me gustó mucho. Blanca Perea, nuestra protagonista y quien lleva la voz cantante de la historia, es una mujer de mediana edad, con dos hijos ya grandecitos y una carrera consolidada que, de buenas a primeras, ve su mundo tambalear al descubrir que su marido la engañaba con una mujer más joven y por si eso no fuese suficiente para destrozarla, descubre que acaba de dejar embarazada a ese nuevo amor. Desilusionada, dolida e incapaz de encajar un golpe que le sentó terrible, decide poner un océano de por medio e instalarse en California, Estados Unidos. La universidad de Santa Cecilia le ofrece una beca para catalogar la obra y el trabajo de un vida de Andrés Fontana, un fallecido profesor español exiliado en la época de la Guerra civil que nunca volvió a sus tierras.


A veces la vida se nos cae a los pies con el peso y el frío de una bola de plomo.


En principio, el trabajo que parecía muy sencillo para una mujer tan formada como ella y que indicaba ser rutinario y aburrido, comienza a tener un giro inesperado y Blanca es seducida por los aristas que empiezan a aparecer y que, de a poco, empiezan a mejorar su estado de ánimo. Mientras Blanca se da a la tarea de desempolvar los viejos papeles del profesor, aparece un antiguo alumno de Fontana, Daniel Carter, que se ofrecerá de buena manera y con mucha amabilidad a ayudarla.

Hasta ahí con la trama. Se trata de una novela que entrelaza tres historias: la de Blanca Parea, en 1999 en California, la de Daniel Carter en España en los años 50. Sin embargo, lo que las une es, precisamente, Andrés Fontana y la historia que Blanca comienza a desenredar a partir de sus papeles. Gracias a ellos aparece también la historia algo parcelada y superficial de las misiones españolas en California en el siglo XIX. Recuerden ustedes que, antes de ser territorio estadounidense, California solía ser una colonia española al igual que la Banda Oriental o Perú y, por ello, la Corona habilitaba a la Iglesia Católica a instalar misiones, que en el caso de California estaban comandadas por franciscanos, que tenían como objetivo civilizar y cristianizar a los indígenas locales.

Parece entreverado, pero por fortuna, como María Dueñas es mejor que yo, en la novela las tramas están perfectamente estructuradas, delimitadas y entrelazadas de tal manera que el salto entre los años 50 y 90 se hace limpiamente y no da lugar a confusión. Con un estilo sencillo, conciso y justo, pero llenándola de poesía y dolor, mantiene el sabor de su libro anterior.


Los indios, arrancados casi a la fuerza de su forma de vida y su cultura, acabaron siendo, como suele pasar, en los grandes perdedores de la película.


El tiempo entre costuras fue impresionante, una ópera prima maravillosa en donde los acontecimientos parecían desarrollarse con nitidez y realidad ante los ojos del lector. El libro que tiene como protagonista a Sira Quiroga, y que recomiendo ampliamente, parece tomar forma y capítulo a capítulo la acción se desencadena con una vertiginosidad y, también hay que decirlo, una poesía proverbial. Es difícil escribir un segundo libro luego del éxito tan rotundo del primero, ¿cierto? Es probable que otro autor hubiera subido la apuesta, planeando un libro con vueltas, vericuetos y con una ingeniería argumental que nos hiciera caer de espaldas, pero María Dueñas fue por otro camino y, en mi opinión, más inteligente. Optó por otra cosa, otro tono, otro tiempo histórico.


Porque a las cosas hay que darles siempre su final, Blanca, aunque sea doloroso. No es bueno dejar heridas abiertas. El tiempo lo cura todo, pero antes de conveniente reconciliarse con lo que uno ha dejado atrás.


Misión olvido es, si me lo permiten, más profundo, desgarrador porque se trata de una mujer perdida, incapaz de reencauzar su vida y encontrarse a sí misma y de un hombre dolido, que supo estar destrozado y a quien la culpa lo corroe desde hace años y que también tiene una ímpetu social bastante interesante. Son otras las temáticas, mucho más personales y dolorosas y en ese sentido debo decir que me gustó mucho, porque logra adentrarse en el dolor y la desazón de una forma extraordinaria. Por eso, tal vez, a mucho se le pueda hacer algo densa la primera parte de la lectura, porque no va más allá del dolor de Blanca, su día a día ne la universidad y cómo hace para sobrellevarlo enterrando los recuerdos en una esquina de su mente. Es cierto que demora en tomar un ritmo adictivo, pero en lo personal no me molestó porque disfruto de los altibajos de los personajes cuando están bien narrados.

Más allá dela trama en sí, disfruté mucho los atisbos que la narración en tercera persona de la vida de Andrés y Daniel nos regala de la España republicana y luego de la España franquista. A diferencia de El tiempo entre costuras, la autora no se zambulle en política pero aún así tiene un modo muy claro de hacer notar las diferencias e imprimirle a cada época su ambiente correspondiente.

En lo particular, me gustó lo suyo que gran parte del peso argumental de la novela recayera, de nuevo en una mujer. Celebro esa elección y celebro aún más que, aunque bien diferentes, Sira y Blanca sean mujeres de armas tomar que, más tarde o más temprano, tienen claro qué quieren en la vida. Ese hilo rojo que las une, un par de años de por medio en la publicación, se me hizo muy bello.

Una novela digna de ser leía, con una historia suave, susurrante, cargada de dolor, culpa pero también de historia. Con atisbos muy claros de las misiones españolas en la California del siglo XVIII, la España republicana y luego la España franquista un libro disfrutable, para leer pausado y sin prisas. Con un estilo ameno, cercano y honesto nos regala una historia de dolor, pero también de descubrimiento, de memoria, de culpa y de cambios. Cuatro estrellas de cinco para mí.

 

2 comentarios sobre “María Dueñas – Misión olvido