El odio que das estuvo, sin lugar a dudas, dentro de lo mejor de mi 2018 lector, así que aposté todas mis fichas a esta nueva novela y déjenme decirles que no defraudó ni un poco. ¡Qué maravilla!
Hora de brillar no solo es un muy buena novela, sino que sigue la línea del libro anterior y eso me gustó, no solo porque habla del estilo de la autora sino porque también da cuenta de sus intereses y, sobre todo, sus preocupaciones. Sin embargo, aunque se puede ver una continuidad en las temáticas, si cabe, en esta ocasión hubo, al menos en mi opinión, mayor presencia del enojo lo cual, lejos de molestarme, se me hizo muy real. Starr, la protagonista de El odio que das, se da de lleno con el enojo muy entrada la novela, pero Bri está enojada todo el tiempo y me parece acertado por la crítica que sostiene.
Esta vez, nuestra protagonista es Bri, Briana Jackson, una adolescente de 16 años que, igual que Starr, vive en Garden Heights, un guetto de negros en una ciudad de Estados Unidos. De nuevo, Angie Thomas no dice exactamente en qué cuidad se ubica la historia lo que le da una generalidad muy real, porque esta historia podría suceder en cualquier lugar del país. El punto es que Bri es una rapera, le encanta el hip-hop y quiere hacer una carrera de su pasión, pero su momento se ve opacado por la carrera de su difunto padre, un rapero estrella bastante respetado en el ambiente underground.
Su tía es quien la ayuda a posicionarse dentro del ambiente y logra que participe en una popular batalla en un conocido local. Su participación allí fue bastante espectacular y a partir de ahí, no solo su nombre comienza a sonar en el barrio sino que empieza a atraer sobre ella miradas interesadas.
El camino al estrellato parece fácil porque después de todo Bri tiene talento y buena madera, pero debe aprender que el hip-hop no es solo la música sino que es un fenómeno que trasciende más allá y que pega hondo en la escena social, cultura e incluso política. Allí donde pega, devuelve una opinión sobre la música y su cantante y Bri deberá entender ese doble juego sin involucrarse demasiado, perder su esencia o marearse con las promesas de los peces gordos.
En esta línea, la crítica es indiscutida y ciertamente profunda. Angie Thomas quiere que sepamos cómo es visto el rap y cómo se lo asocia casi sin trabas al mundo pandillero. Todo el libro gira en torno a esa díada en la que Bri se ve en medio, confundida, enojada y apresurada por llegar a la fama.
Más allá de lo estrictamente musical nuestra protagonista debe lidiar con otros problemas bastante severos: su madre perdió el trabajo, no tienen para comer, la casa está helada e incluso deben ir a la beneficencia por una canasta de comida. La problemática social del núcleo familiar es brutal y da cuenta de una realidad muy común como lo son los hogares monoparentales en los que la jefa de familia, en la que recae todas las responsabilidades, es una mujer. Cuando ella pierde su trabajo, su hijo mayor, licencia en psicología con honores trabajando en una pizzería, se siente en la obligación de cargarse los pantalones de la casa, lo cual también afecta la dinámica familiar. Y si todo esto no fuera ya demasiado, los hermanos están en constante alerta por si su madre vuelve a tener una recaída.
Hay un componente muy interesante que atraviesa la novela que es la falta de comunicación entre madre e hija. Su madre, realmente destrozada por la muerte de su esposo, no quiere saber nada del ambiente musical, porque después de todo fue eso lo que terminó matándolo y porque todos le soltaron la mano en cuanto él no estuvo, de modo que no aprueba la pasión de su hija. Los tira y afloje que tienen las dos al respecto es verosímil y está lleno de pasión y miedo.
Es un libro sobre aprendizaje, un camino que Bri tiene que transitar para apropiarse de la escena musical sin perderse a sí misma y conservar su esencia, lo cual es uno de los mensajes más interesantes que deja la lectura. Tenemos una protagonista femenina fuerte, con carácter y ganas de avasallar pero llena de dudas y miedo. Bri se me hizo muy real y creo que es uno de los puntos fuertes de Angie Thomas. Bri podría ser cualquier adolescente negra de ahí fuera, viviendo su propia vida y enfrentándose a los prejuicios y al racismo estructural con el que tiene que lidiar. Aplausos porque los libros juveniles sean un espacio de reflexión sobre una porción del mundo. Es una historia que tiene mucho impacto, que encierra mucho enojo, injusticia y una crítica brutal, pero que es necesaria para arrojar luz sobre una realidad que ha estado históricamente silenciada.
Me gustó muchísimo que El odio que das y Hora de brillar convivan en el mismo universo y que Bri mencione la muerte de Khalil y todo lo que eso supuso para ella, su escuela y el barrio porque ciertamente la onda expansiva de un simple acontecimiento llega lejos y replica.
De verdad, un libro increíble y necesario que recomiendo mucho leer para entender que nuestros zapatos no son los únicos que caminan por el mundo. Cuatro estrellas de cinco.
Excelente reseña, bella. Me encantó El odio que das, así que me encantaría leer esta novela en algún momento.
Un besote.
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Hola Agus! me gustó El odio que das, más que nada por el meollo de la historia, ojalá se lea más a esta autora por estos lados ¿no? me parece que permite reflexionar sobre temas que no deberían, pero todavía están latentes, como por ejemplo el racismo.
Bella entrada, como siempre
Beso
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Lau, creo que este libro te gustaría mucho. Y como tiene construcción de canciones se me ocurre que capaz hasta se podría llevar a clase. Se le podría sacar jugo.
Sin duda que lo mejor es ver de primera mano ese racismo estructural que, más que estar latente, se manifiesta sin inconvenientes.
Abrazo virtual para ti.
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