Gonzalo Cammarota – ¿Por qué mataron a Jonathan Núñez?

Por lo regular planeo cuáles van a ser las próximas entradas así sean reseñas, recomendaciones o alguna que otra reflexión. No lo anoto en una agenda ni llevo un excel, como sé que llevan otras compañeras, pero tengo una noción mental de lo que quiero subir pero este libro desbarató todo mi plan porque NECESITO hablarles de esta maravilla.

Gonzalo Cammarota ha sido mi gran descubrimiento del año y estoy francamente fascinada. Esta segunda entrega de las andanzas de Perrone y Hermida me dejó alucinada y necesito que lo lean, necesito que más gente se adentre a este mundo sórdido que plantea el autor y que, sobre todo, interpela la sociedad uruguaya de una forma tan descarnada y profunda que al terminar de leer me quedé sin palabras.

Sin duda lo que más me gustó es la evolución. En este segundo libro hay una evolución brutal en la pluma de Cammarota y me encantó. Se nota que encontró su estilo personal, con el que se siente cómodo y desde el cual despliega una abanico de habilidades que me dejó muda. De verdad que fue una sorpresa y no lo digo porque En carnaval todo se sabe haya sido medio pelo, que no lo fue, sino porque la evolución es tan clara que me dejó sin palabras.

Esa evolución no solo tiene que ver con la mejora del estilo narrativo sino con la profundización de cantidad de cuestiones que enriquecen la lectura y la hacen más interesante. El humor, el cinismo y la critica social tienen una profundización tan honda y tan bien llevada que de verdad me pareció brillante. Me parece que hay una decisión explícita de él de ir más a fondo con todo, quemar todos los cartuchos y abordar temáticas complejas sin medias tintas.


La vida no nos abandona sin avisarnos. Aunque nos deje de un momento al  otro, nos lo hace saber, lo que puede hacer que esos últimos segundos se vuelvan una eternidad.

La llegada de la muerte carece de romanticismo. No vemos a nuestros seres queridos que están invitándonos a un banquete. No tenemos tiempo para recordar momentos vividos. La muerte es implacable y narcisista, quiere que sepamos que está ahí y que vino a llevarse todo y no dejar nada. El torrente de vida se escapa, como una represa rajada. La vida se va violentamente y de forma irreparable.


En la conversación que tuvimos con él gracias al Club de lectura A quemarropa, nos mencionaba que en este libro dejó de falsear la realidad. En carnaval todo se sabe aborda situaciones propias del espectáculo principal de nuestro país sin mencionar los conjuntos involucrados, para ello utiliza nombres ficcionales cuando, en realidad, cualquiera con un poco de carnaval encima entiende que está hablando de tal o cual conjunto de parodistas. Él mismo nos admitió que se arrepentía de ello porque cuando escribía estaba pensando en los conjuntos reales y no tenía mucho sentido falsearlo, por eso en la segunda entrega no inventar inventar un Club Atlético La Figurita cuando en realidad estaba hablando de Peñarol, de modo que va de lleno a los nombres reales. Aunque usted no lo crea, esa sinceridad le da mucho autenticidad al relato y le permite abordarlo desde un lugar más real y descarnado que me fascinó.

Sé que lo mencioné en la reseña anterior, pero no me parece mal repetirlo: quiero subrayar que se nota que a él le gusta la novela negra, se nota en su escritura que es un gran lector del género y en esta segunda entrega, si me permiten, se nota aún  más. Tal vez estoy inventando y cada uno podrá decirme qué piensa si lee el libro, pero me parece que hubo una maduración desde su yo lector que influyó notablemente en su calidad como escritor. Me da esa sensación y así sea que esté equivocada, el punto es que la mejora en su calidad como escritor es innegable.

Publicado en el 2017, ¿Por qué mataron a Jonathan Núñez? nos regala otro caso de alto perfil. Esta vez involucra el mundo del fútbol y me parece curioso porque, sabiendo que su tercer libro tiene que ver con la dictadura, el tipo abarca tres de los temas más frecuentes, populares y jodidos de nuestro país y no negaré que me da curiosidad saber de qué va su cuarto libro. Volviendo a lo que nos compete, que con la emoción me voy por las ramas, este libro da comienzo un domingo de invierno cuando Nacional, ya con el torneo perdido y una pésima campaña a cuestas, jugaba con un equipo chico en la última fecha. Dado que todo el pescado estaba vendido y el partido no suponía grandes amenazas para la seguridad pública, tanto la policía como la seguridad del club, desplegó un operativo estándar de lo más normalito. ¿El problema? El operativo estándar normalito fracasa estrepitosamente cuando alguien le pega tres tiros a Jonathan Núñez, joven jugador nacional y promesa del fútbol uruguayo, matándolo en el acto.


Si el destierro por ostracismo era el castigo más duro de la sociedad ateniense, la marginación es el castigo más duro de las sociedades modernas. Por lo  menos los antiguos griegos tenían la delicadeza de echarte.


Perrone y Hermida son los responsables de la investigación, pero nada va a ser fácil con este caso porque, para empezar, la barra de hombres vestidos de negro que atacan al bus de Nacional lo hacen a los gritos de «Vamos Peñarol» y demasiado pronto la barrabrava de Nacional se desmadra ante el cadáver de Jonathan buscando respuestas. Toda esa noche, que abarca varios capítulos en el libro, fue dantesca y no podía dejar de leer lo que pasaba aunque, si vamos al caso, ya lo había visto varias veces en la televisión. Este es un libro que se relaciona completamente con la realidad del fútbol y todo lo que sucedía esa noche ya lo había visto suceder en la vida misma. Lo que más me gustó de esa parte y que creo que es un gol de media cancha es cómo Cammarota se las ingenia para conceptualizar a las masas, lo volubles que son, la fuerza que tienen y lo violentas que pueden llegar a ser.

A este punto ya sabía para dónde iba el asunto porque después de todo  parecía obvio, ¿no? Jugador de Nacional muerto, debía ser algo relacionado al tradicional rival, ¿no es cierto? No quiero adelantarles mucho, porque una de las maravillas de este libro son las vueltas que da, pero sí debo reconocer que el engaño que Cammarota hace es inteligente. En medio de todo ese descontrol en las inmediaciones del Estadio, el autor tira un capítulo sobre Maicol, un narco del Marconi y líder de Vamos Peñarol, una facción algo pesada de la barrava brava del cuadro, y en cierta parte juega con nuestro prejuicio porque ni bien aparece Maicol ya lo había tildado de culpable, pero nada es tan simple en este libro.

Gracias a Maicol se abre las puertas al mundo del Marconi, la droga, el narcotráfico, las mafias de los barrabravas e incluso del abuso policial. Son temas complicados de tratar y complejos en sí mismos, pero Cammarota lo hace con mucha elegancia y, sobre todo, inteligencia. La crítica social que envuelve este libro es increíble y lo disfruté mucho. En este sentido, la forma en la que hilvana todas estas cuestiones no solo es plausible sino que le permite meterse de lleno en cada tema, criticarlo pero sin que parezca una moralina lo cual no es fácil y aún así mantener la perspectiva de la totalidad de lo que está contando. Me parece un laburo increíble.

Ojalá pudiera contarles más de la trama y explayarme lo suyo al abordar cada temática, pero tampoco la idea es hacerles spoiler y arruinar la lectura, porque tengan por seguro que esta reseña está dedicada a todo aquel que tenga ánimos de seguirme en esta, comprar el libro, leerlo y luego sentarnos a charlar porque realmente necesito alguien con quien compartir toda la emoción.

Lo último que comento al respecto: me parece fascinante los comentarios que el autor deja por aquí y por allá sobre política o historia, lo disfruté mucho y me hizo reír. Me refiero a comentarios al pasar sobre Rivera, el genocidio charrúa y la cantidad de cosas a nombre que hay cuando precisamente provocó tal matanza o la inseguridad pública que, en perspectiva, no es tal en un contexto latinoamericano.


Los recuerdos podrían ser inocuos, si se presentaran como una simple diapositiva o una breve película de un momento; pero la imagen nunca llega sola, llega cargada de sentimientos y son ellos los que le dan sentido al recuerdo en el presente.


En el libro anterior la voz narradora estaba llevada básicamente por Perrone y se iba intercalando con algunos de los protagonistas, pero en este caso se abre el abanico y entran en juego otros personajes que enriquecen la trama, aportan mucho en esa «big picture» y le permiten abordar otras cuestiones que a Perrone se le escapan, como puede ser el mundo político dentro de la Policía de Montevideo o el mundo underground del narcotráfico. Esa apertura le aporta mucho a la trama y a la critica social y creo que no solo es inteligente sino que es un acierto.

Respecto a Perrone y su evolución, curiosamente, todo lo que pasaba a su alrededor me parecía mucho más interesante y, en medio de ese caos, incluso quedaba un poco desdibujado. No sé si es una apreciación personal, pero en este libro me parece que Perrone tiene menos protagonismo y honestamente no es algo que me moleste. Ahora, si tenemos que poner el foco en Perrone… Madre mía, ¡qué tipo! Pocas veces me pasa que empatizo con alguien con el que no estoy de acuerdo. Las decisiones del detective estrella son horrorosas y camina de forma permanente en una línea muy delgada y peligrosa en la que se perjudica particularmente pero también perjudica a su alrededor. Está a poco de la banquina, en un camino descendente al mundo de las drogas y, sin embargo, a pesar de todas esas decisiones terribles que toma y con las que decididamente no estoy de acuerdo, Cammarota se las arregla para que el tipo me caiga bien. Su personaje me parece de una complejidad interesante y aunque en realidad no sé si la trastornada soy yo o el brillante es Cammarota, lo cierto es que acepto los sentimientos encontrados que me genera Perrone.

Respecto al final solo voy a decir que, en el contexto actual, pegó fuerte y me resultó francamente desgarrador. Al terminar quedé impresionada por unos cuantos minutos sin poder creer lo que estaba leyendo y cómo se había llegado a ese punto. Mención especial a la crudeza del relato y a la delicadeza del abordaje.

Como podrán notar, este libro me encantó. Sin dudarlo directo al podio de lo mejor del año y sin escalas. Brillante. Una novela redonda en donde la evolución del estilo del autor y la profundización en la crítica social hacen que el lector quede atrapado sin poder evitar dejar de leer. Novela adictiva que interpela, provoca y hace reflexionar. De nuevo, alucinada con Cammarota y este libro. Cinco estrellas de cinco solo porque no puedo darle diez de diez.

 

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3 comentarios sobre “Gonzalo Cammarota – ¿Por qué mataron a Jonathan Núñez?

  1. Sentimientos encontrados. No es ni ahí una historia que me llame la atención, pero hablás de forma tan apasionada del libro y de la evolución del autor que hasta me dieron ganas de ir a la librería más próxima a comprarlo. Lo voy a meditar. Como siempre, gracias por la reseña ♥.
    Besotes!

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    1. Ni en pedo creo que puedas disfrutarlo porque sé que no te va la novela negra, pero de verdad pienso que es brillante. Quién sabe, a lo mejor te vuela la peluca como a mi. Si lo lees, por favor, hacemelo saber que no quiero estar sola en esta.
      Abrazo!

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