Harry Potter, la economía y la política

De nuevo, Harry Potter puede tener una lectura superficial e inocente, que es la que hicimos todos cuando lo leímos durante nuestra adolescencia, pero en cuanto empezamos a rascar es imposible ignorar el entramado político que sostiene el mundo mágico. En esta línea, este mes decidí ir por algo que no resulta obvio, que incluso en la primera lectura de adolescencia ni siquiera se captaba pero que con los años se hace evidente por su complejidad política. Por eso hoy, en nuestra sección mensual de Harry Potter, hablemos de economía y política.

Primero que nada, cabría destacar que es una veta de la historia que, al menos en mi parecer, JK no se esmeró demasiado en pensar. Prefiero creer que le puso poca atención porque, la verdad sea dicha, a todas luces no era lo importante en la historia; qué iba a pensar ella que veinte años después iba a venir alguien a analizarlo, pero prefiero pensarlo así y no creer que las flaquezas son a propósito. No estoy diciendo que el worldbuilding es malo, no soy tan atrevida como para hacer esa afirmación, porque en sí el mundo se sostiene, pero si uno rasca un poquito en profundidad hay un par de cosas que hacen ruido y, como les digo, prefiero pensar que son síntomas de algo a medio pulir y no una intención fehaciente de la autora.

Antes de empezar, quiero aclarar que en esta oportunidad hubo mucha lectura previa para armar este artículo. Por lo general, la sección mensual corre mucho más por mi cuenta a partir de reflexión y mucho quebradero de cabeza, pero en esta ocasión tuve que echar mano, sobre todo con la parte de economía, a algunos artículos y papers para armar algo con mediano sentido porque, si soy honesta con ustedes, esa parte nunca la había analizado.

Empecemos por la economía. Según Jasmin Manetta, en un artículo publicado en la Sociedad de Estudiantes de Economía de Australia de la Universidad de Melbourne, hay cosas que magos y muggles compartimos. Tienen un banco y un sistema de moneda, tal y como existe en el mundo muggle.

En cuanto a la moneda, tienen un sistema trimetálico: Galeones de oro, Sickles de plata y Knuts de bronce. Es probable que el dinero sea una de las excepciones de la Ley de Transformación Elemental de Gamp, lo que sugiere que no puede ser creado de la nada. Es allí cuando entran los duendes de Gringotts, que fabrican las monedas de forma personalizada y que, de hecho, cada moneda tiene un código diferente que corresponde al número del duende que la hizo.

Sin embargo, también es cierto que existe una diferencia clave: el dinero mago es dinero marcancía, es decir que tiene valor por sí mismo. Vamos a ver si me explico correctamente, en nuestra economía el dinero, ese billete que agarramos para pagar una cena no tiene valor propio porque es, en última instancia, apenas un pedazo de papel. Pero sí pagamos la cena con ese billete, ¿cómo es que funciona entonces? Porque el dinero muggle, nuestro dinero, es dinero respaldado esto quiere decir que tiene determinado valor porque en el Banco Central hay un respaldo en oro y en dólares. El Banco Central asegura que ese billete, en realidad, tiene determinado valor porque tiene el dinero para avalarlo. Esto no sucede con el dinero mago porque las monedas de por sí ya son valiosas por ser expedidas en metales con valor propio.

El problema es que, en realidad, este sistema no cumple con las tres propiedades básicas que debe tener el dinero para funcionar de forma eficiente: fácil de transportar, de dividir y de acumular. Como las monedas están hechas con metales preciosos pesan muchísimo, por lo que no son fáciles de transportar y tampoco son fáciles de acumular, piensen en la cámara de los Potter o de los Lestrange: miles y miles de monedas apiladas que, además, son tan valiosas que necesitan ser custodiadas por un dragón.

No estoy exactamente segura porque, de nuevo, JK no ha profundizado demasiado en estas temáticas pero podemos estar seguros que, al menos en Estados Unidos y podemos intuir que en el resto del mundo también, el dinero se maneja bajo este estándar fijo de oro y plata, por lo que facilitaría el comercio internacional porque todos manejan el mismo tipo de patrón.

Por otro lado, tal vez sea incluso tonto plantearlo, ¿pero para qué necesitan dinero? En un mundo donde puedo hacer prácticamente todo con magia, desde ampliar habitaciones, duplicar alimentos, modificar muebles, mejorar la ropa ¿para qué necesito comprar algo? Hasta donde sabemos, magos y brujas gastan su dinero en alimentos, ropa y materiales educativos y está bien, pero me cuesta entender la función del intercambio comercial per se cuando, en realidad, puedo evitarlo echando mano a un simple movimiento de varita.

De cualquier manera, el punto es que tanto en el mundo muggle como en el  mago el dinero existe, como también existe una entidad bancaria que lo emite. Gringotts, ubicado en el Callejón Diagón y casi que el primer contacto que Harry Potter tiene con el mundo mágico, es el único banco mágico de Gran Bretaña, al menos hasta donde sabemos. El monopolio bancario de Gringotts es muy fuerte e igual de rígido.

Más allá de emitir el dinero, función típica de un banco, también es cierto que Gringotts tiene sus particularidades. Hasta donde sabemos, no ofrece préstamos a sus clientes y todo parece indicar que no existe una institución a los que los magos puedan recurrir en caso de necesidad. Recuerden, por ejemplo, que los hermanos Weasley no tenían de dónde sacar financiación para abrir su tienda. Como no existen los mercados financieros, el Gobierno no puede emitir deuda y depende de las donaciones particulares para cubrir sus costos, lo que claramente fomenta la corrupción. La influencia de los ricos en la toma de decisiones es clave en el manejo de la política y la economía mágica, piensen por ejemplo en los Malfoy y sus constantes avanzadas económicos al Ministerio. Esta influencia de los ricos y la corrupción de los funcionarios hace que la clase media no sea beneficiada y, como no tienen de dónde sacar dinero constante y sonante, tampoco pueden progresar abriendo un negocio, por lo que también se limita la movilidad social.

Otras cuestiones de vital importancia. Si bien el mundo mágico no es estrictamente esclavista, sí es verdad que la esclavitud es una característica de su economía. Los elfos tienen una tarea de cuidado del hogar clave en muchos hogares, sobre todo los de determinado nivel económico, y también en Hogwarts. No quiero adentrarme demasiado en esto porque tengo intenciones de dedicarle un artículo especial, pero es justo decir que los elfos domésticos como esclavos que son, y que nadie duda que lo son, son funcionales a la economía en tanto hacen tareas de fuerza y de mantenimiento del hogar que los magos no están dispuestos a hacer.

¿Qué pasa con los impuestos? Hasta donde sabemos no existen, de modo que el Ministerio no tiene ganancia de ningún tipo, no hay entrada de dinero,  por lo que la situación obliga a preguntar ¿cómo se pagan los sueldos de los funcionarios ministeriales? De nuevo, volvemos a las donaciones anónimas, lo que convierte al sistema político y su financiación en algo cuanto menos cuestionable.

Hasta acá con la economía, pasemos a la política, ¿de acuerdo? El sistema político mágico es algo particular y ha llevado a varios investigadores a tipificarlo como clasista, cerrado e incluso algunos simplemente lo denominan dictadura. Empecemos por lo que más polémica ha generado: ¿existen las elecciones en el mundo mágico? Honestamente a mi no me queda clara la respuesta , sobre todo porque han versiones encontradas, así que me voy a limitar a hacerles saber la información de la que disponemos.

Desde que conocemos la historia hay un único Ministro y es Cornelius Fudge, y aunque no sabemos cómo accedió al cargo, sí sabemos que renunció a él tras admitir que se había equivocado respecto al regreso de Voldemort. Su reemplazo fue Rufus Scrimgeour, pero tampoco sabemos exactamente cómo accedió él. Hasta acá podríamos suponer que el cargo es ofrecido por el Wizengamot, o al menos es lo que a mí se me ocurre, aunque esa premisa tiene la dificultad que ese es un organismo judicial y por tanto no debería involucrarse en el P. Ejecutivo ni mucho menor ofrecer un cargo cuando no tiene las competencias para hacerlo, pero luego vamos a ver que los magos no leyeron a Montesquieu.

En más de una ocasión se menciona que al mismísimo Dumbledore le habían ofrecido el puesto, como a quien le ofrecen un cargo empresarial, pero que él lo rechazaba porque no tenía pasta de político y estaba feliz con el Colegio, aunque luego averiguamos que el poder sería peligroso para él dado su historial. De nuevo, supongo que el Wizengamot se lo ofreció. De cualquier forma, hasta acá seguro que no hay una campaña política al respecto.

La idea de la no existencia de las elecciones y el ofrecimiento del cargo de parte de una institución, que yo pienso que es el Wizengamot, se refuerza cuando pensamos en el propio Kingsley Shacklebolt, que llega al cargo tras el fin de la Segunda Guerra Mágica. Tampoco sabemos cómo llega él, aunque sí JK nos hace saber que pretende tener un gobierno justo y sanar las heridas sociales que generó la guerra. Según Wizarding World, Kingsley se retira del cargo en el 2018, cuando asume la mismísima Hermione Granger. Primera cosa: Kingsley asume en 1998, por lo que gobierna durante 10 años antes de traspasar el poder. ¿Es lo que dura un periodo de gobierno? ¿Es algo extraordinario? No sabemos. Segundo: tampoco sabemos cómo llega Hermione al poder.

Hasta acá todo parece indicar que se accede al cargo de Ministro casi que de forma mágica, pero entonces Lee Jordan llega para desbaratarlo todo. En Harry Potter y las reliquias de la muerte, mientras Lee transmitía de forma clandestina junto a otros miembros de La orden del Fénix, le menciona a Kingsley que puede contar con su voto para Ministro de Magia. Por lo que sí hay elecciones, ¿pero cómo se hacen? ¿Quiénes votan? ¿Cómo es el proceso? Esa es, hasta donde yo sé, la única vez en la que se hace mención a unas elecciones. Si me apuran, diría que se llega a Ministro mucho más por designación, quién sabe de quién, que por votación popular.

Tal vez esto es forzar la cuestión más allá de lo analizable, pero Rufus Scrimgeour, Pius Thicknesse y Kingsley Shacklebolt eran aurores y en el caso de los dos primeros incluso jefes del departamento, por lo que podríamos decir que son militares. Cierto que ascienden al poder en un contexto de guerra y que, tal vez, un auror sería más apto para el cargo que un simple civil, pero me llama la atención ese patrón. ¿Se podría hablar de pretorianismo en el mundo mágico? No lo sé.

Sin embargo, el dato del que se agarran algunos para decir que el Ministerio de Magia es un sistema dictatorial tiene que ver, precisamente, con Montesquie como les mencioné antes. Hasta donde sabemos, en el mundo mágico británico no hay tal separación de poderes. Es verdad que el Ministro tiene potestades ejecutivas y está perfecto que sea así porque es el líder del Poder Ejecutivo, pero cuando hablamos de los otros poderes que conforman la tríada se complica un poco la cuestión. Bajo el amparo del Ministerio se encuentra el Wizengamot, que funciona como una suerte de Tribunal Supremo de Justicia, y que se encarga de impartir justicia – muchas veces de manera subjetiva y poco seria, si debo agregar – . De hecho, si vamos al caso, el propio tribunal funciona en el mismo edificio del Ministerio y, más grave aún, es presidido por el mismísimo Ministro. Recuerden la audiencia disciplinaria a Harry Potter o el juicio a Barty Crouch Jr. Peligroso. Ahora, ¿qué pasa con el Poder Legislativo? Acá entra la especulación, porque al menos que me dé cuenta no hay mucha información al respecto, pero me da la sensación que muchas de las leyes surgen de los propios departamentos ministeriales.

De modo que, hasta aquí, tenemos un Ministerio de Magia que absorbe en sí los tres poderes del Estado, de modo que detenta un poder brutal que se presta para todo tipo de malformaciones y corrupciones de las normas que van desde interpretar o modificar leyes a su conveniencia o favorecer a determinado sector social que, de nuevo, lo financia. En lo que respecto a la economía, el Ministerio no se involucra en ella porque la cree cuestión de los duendes por lo que, y acá sí es llevarlo todo muy lejos, podríamos incluso decir que es un sistema liberal.

La falta de transparencia en la toma de decisiones por los motivos antes mencionados y el modo en que las decisiones se comunican a través de un monopolio informativo que, además, tiene afinidad y mucha cercanía con el gobierno arrojan un panorama político completamente desalentador. Todo parece estar mal en la política mágica.

En conclusión, al menos hasta el  momento, existe un Estado sin separación de poderes, un gobierno ineficiente y corrupto con múltiples relaciones con la clase alta que lo financia y una economía estancada que no permite la movilidad social.

Hasta aquí por hoy. ¿Qué me dicen ustedes? Leo sus opiniones.

Un comentario sobre “Harry Potter, la economía y la política

  1. Me encantó el analisis! Justo estoy releyendo la saga y obvio que 15 años después hay cosas que me hacen ruido. En mi interior, justifico esas cosas pensando que se tienen que estar escondiendo todo el tiempo, son como una secta de ladrones o algo parecido en cuanto a funcionamiento, es lógico que se manejen diferente. Aunque después de leer este analisis, mi justificación me suena un poco simplista, jeje.
    Saludos!

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