No sé si soy la única por acá a la que le pasa, déjenme saber si a ustedes les sucede algo similar, pero juro que Diana Gabaldon y especialmente este libro, me hace sentir físicamente. Es una locura, pero me pasa. Al terminar este libro sentí calorcito en el pecho, liviandad en el estómago, piel de gallina, emoción hasta las lágrimas. De esos libros que al terminar la sensación se queda contigo en el cuerpo. Ay, no sé si estoy sonando como una loca de primera, pero esta autora me genera cosas maravillosas y la quiero.