Tozuda y bondadosa, así soy. Esta es la tercera oportunidad que le doy a John Grisham, por lo que pueden notar que persevero bastante en mi objetivo y, sobre todo, soy bondadosa puesto que continúo buscando que uno de sus libros me obnubile. De momento, no ha pasado. Mi opinión de este autor es que, extrañamente, algo pasa con él a la mitad de sus historias, porque suele perder el rumbo, que venía manteniendo con bien tino, y termina generando un desenlace de lo más insulso y poco satisfactorio. Eso me pasó con El secreto de Grey Mountain, reseñando aquí, y otro libro de él que leí y ya nadie recuerda cómo se llamaba.