El ritual que conlleva ir al cine me parece maravilloso y el cine como séptimo arte me parece magia. Disfruto viendo cine, no solo porque te permite vivir otras vidas y simpatizar con ellas sino que también se aprende mucho en el proceso. Normalmente, además, cuando se acerca la temporada de premiaciones en Estados Unidos, procuro ver las películas nominadas porque considero que son las mejores películas del año y porque me divierte hacerlo, que tampoco es menor. El porcentaje de diversión que tiene el cine, casi en la misma medida que la catarsis del teatro, me parece muy importante.