No les voy a decir que es uno de mis autores favoritos de todos los tiempos, pero sí es cierto que vuelvo mucho a él y que me gusta, disfruto de sus historias y de su estilo. Descubrí a Don Winslow gracias a Salvajesy desde entonces he leído Corrupción policial, El poder del perro y El cártel. Con esos libros como antecedente, en donde la historia es bastante grandiosa y en el caso de la saga El cártel prácticamente estamos presenciando el inicio de los cárteles de drogas mexicanos y la relación que mantienen con Estados Unidos, pensé que este libro iba a seguir esta línea, pero no lo hace. Me sorprendió el cambio y, si tengo que confesarlo, me decepcionó un poco.
Sin embargo, y más allá que esperaba otra historia, El club del amanecer me gustó. Acotada, chiquita e incluso diría que sencilla se trata de una historia que vale la pena leer porque, como siempre, la crítica social que envuelven las novelas de Don Winslow están a la orden del día y se agradece. En este caso el autor vuelve a sus días de detective privado y nos presenta a Boone Daniels, un ex policía de San Diego que sobrevive desenmascarando infieles y prestando sus servicios a algunos de los bufetes de abogados más prestigiosos pero que, en realidad, vive por y para el surf.
El surf es otro personaje más de esta novela y no solo fue interesante conocer al respecto sino que Winslow va a fondo y logra pintar un estilo de vida bien particular que se nota en cada página. Todos los días Boone sale al alba con su tabla en busca de las mejores olas del amanecer junto a sus mejores amigos: el Doce Dedos, David el Adonis, Johnny Banzai, Marea Alta y Sunny Day. Juntos forman, por supuesto, El club del amanecer. empezar el día de esa forma no solo es una rutina sino es una filosofía de vida, un modo de vivir.
Boone y El Club del amanecer están a la espera de la llegada de unas olas enormes que llegarán en cosa de cuarenta y ocho horas a las playas de Pacific Beach. Es el momento que esperan cada tantos años y están todos emocionados, sin embargo la espera ansiosa de nuestro protagonista se ve truncada cuando aparece Petra Hall. Ambiciosa e insistente abogada, Petra trabaja en uno de los bufetes con los que Boone normalmente colabora y le encargará la tarea de encontrar a una bailarina de estriptis que está envuelta en un turbio fraude contra una aseguradora y que es la testigo clave en el juicio contra Dan Silver, propietario de varios clubes de estriptis en la ciudad. Boone tiene que encontrar a Tammy, llevarla a testificar y dejar todo en orden antes de que las olas más grandes jamás vistas en años lleguen a las costas de San Diego.
Hay muchas puntas de las cuales tirar para contarles por qué me gustó. Primero tal vez esté la sorpresa porque hasta mitad del libro venía siendo bastante normalito, detective que busca a testigo y la lleva a testificar, pero hubo un momento que hubo un giro y de pronto empezó la crítica social más dura y a partir de allí no pude soltarlo. Por lo regular, o al menos los libros que de él he leído, Don Winslow logra mantener un vínculo bastante estrecho entre Estados Unidos y México y este libro no es la excepción. A pesar que en cierta forma lo esperaba, porque como les digo es un patrón en sus libros, me sorprendió y me gustó mucho cómo lo encaró porque al principio pensé que el foco estaba en «los mojados», los trabajadores ilegales en plantaciones de frutilla pero de pronto viró hacia una red de explotación a menores que me dejó patidifusa. Lo siento por el spoiler.
En este sentido, me gustó mucho y a la vez me horrorizó el paralelismo que Winslow hace entre el Club del amanecer de Boone y el club del amanecer de las niñas explotadas. Además, el caso pone en juego un pasado de nuestro protagonista que no logra olvidar y que lo persigue hasta el día de hoy.
Como siempre el estilo de Don Winslow es limpio e impecable, atrapante y cinematográfico y encierra una crítica social que me gusta mucho. En este caso en particular, además, disfruté mucho el modo en que pinta esa ciudad de San Diego de rodillas al mar y la cultura del surf que la envuelve. Como les digo, si bien no me enloqueció porque esperaba algo más grandote y entreverado, sí me gustó y lo disfruté, así que tres estrellas de cinco para El club del amanecer.
Hola, bella! Como siempre, disfruté montones de tu reseña, aunque crea que el libro no es para mí.
Un besote ♥
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